viernes, 27 de julio de 2007

Estratombórico

Uno de mis socios de cooperativa, Alejandro, es, entre otras cosas, inventor de palabras. Pensar de forma acelerada a veces desemboca inevitablemente en un atoramiento de lengua que, para dar por fin sonora salida a la idea, sin permiso de nadie refunde los vocablos. “Esto ha sido estatombórico. Aquí no venimos más.” Se refería al notario. Fin de mes, del mes de julio, época de declaraciones e impuestos varios. El notario de turno debe dar fe de que nosotros somos nosotros, al menos durante el instante de la firma “reconocida”; luego, sobre el papel, somos para él “bien conocidos”. Le hable de mi padre y de la amistad que tuvo con su hermano ya fallecido; me pareció hablar con un ruso en no-ruso. “Dubroi-utra” (buenos días), igual es ruso y no me he enterado.
La notaría no era cutre, si no hubiera tenido su encanto. Era más bien rancia, casposa, ecléctica en el peor de los sentidos, es decir, heredera de una amalgama mobiliar termomixada, vamos, un museo en honor al pésimo gusto decorativo. Sobre la mesita de espera, revistas harto interesantes del colegio de notarios o una asociación de riñones sin fronteras, algún “Hola” de hace meses… El barniz de la pared, puro ámbar…
De todas formas no pudimos concretar el protocolo con él, simplemente porque nos echó. Hay muchas maneras de dar puerta sin ser excesivamente grosero; una de ellas es la ignorancia. Nuestra asesoras querían hacer una reclamación, pero como las notarías se mueven en el limbo de lo público privatizado, no tenían libro de quejas. Al final, corte de manga —eso sí, cortés y fino— y a otra escribanía.
Así, al abrigo de la “caló” agosteña de Sevilla, salimos en busca de otra notaría que nos hiciera el trámite. “Uf, esta está hasta los topes.” “Es normal, todo el mundo está pa lo mismo.” “Putos papeles, llevamos cuatro horas para un garabato.” “Creo que hay otra en la Puerta de Jerez.” “Yo tengo una amiga aquí a la vuelta, en la notaría de no sé quién.” “Coño, pues vamos p’allá.” El atropellado diálogo se sucedía mientras nos tostábamos en la Plaza Nueva, como si en realidad fuésemos de compras a las rebajas: “A ver a qué notaría vamos.” “Aquella está de oferta…”
Después de casi cuatro horas, por fin, llegamos a un mostrador de diseño cálido; allí nos esperaba Angustias, es decir, nuestra palanca, la amiga de la amiga de la amiga… A veces no nos damos cuenta de que el enchufe es la única manera de que el sistema funcione (aquí cabría preguntarse ¿cuál es el sistema?).
“Esto ha sido estatombórico”, se repetía Alejandro. Debe ser un híbrido mental entre estratosfera y estrambótico.
Al final, firmamos, no pagamos y nos cagamos una vez más en el tópico de las escribanías…

jueves, 26 de julio de 2007

Son tantos los ojos con que me veo

Las nuevas gafas son mejores que las anteriores, y no porque lleven el sello de Carolina Herrera —a la cual ni le pongo rostro—. Hace bastantes años me fui al VisionLab de Sierpes a encargar unas nuevas; sólo quedaban días para el despegue hacia Quito (ese año tocaba, 2002, creo) y se me habían partido. Las nuevas de ahora son cuadradas, odio el cuadrado, pero la moda manda, no hay redondas. Redondas fueron entonces las de aquel año ecuatoriano, y de Paco Rabanne —tampoco tengo rostro para él.
Y son mejores porque veo mejor y, sobre todo, porque sortean mejor los caños de sudor que me invaden en el trabajo, sin aire a condicionado, sólo dos ventiladores atiborrados de pelusas, el uno gira, el otro también gira pero sobre sí mismo, un incordio.
Al son de música moruna, el teléfono suena una y otra vez: “Que me lo tienes que tener para el viernes”, el lunes sin falta” (fin de semana en la oficina), “hay que hacer el sobre esfuerzo”…
Y qué cojones, el fin de semana me largo a Extremadura, a contar bórregas,a pisar la mierda de los guarros, a contemplar la hemosura mirada de las vacas, a guisotear, a leer… a trabajar… el lunes… maldito lunes…
Las gafas nuevas, putas, se me clavan y ortopedizan.

lunes, 23 de julio de 2007

Censurada


A continuación, el texto de la redacción de la revista "El Jueves"...

Escribimos esta nota el viernes, 20 de Julio de 2007, a las 19h. Tenemos la redacción llena de medios de comunicación que nos preguntan el por qué del secuestro de la revista. No sabemos qué responderles. El Jueves ha publicado decenas, cientos de dibujos sobre la familia real ( y sobre políticos, famosos, la ETA y todo lo que se mueve). Incluso hemos publicado un libro, TOCANDO LOS BORBONES, un tomazo de 350 páginas que recopilaba los dibujos más divertidos.

Somos humoristas gráficos y trabajamos conscientes de que nuestra obligación, lo que nos piden los lectores, es que exploremos el límite de la libertad de expresión. Podemos aceptar que, incluso, en alguna ocasión, lo podamos traspasar . Gajes del oficio. Si nos pasamos para eso están los tribunales pero...¿un secuestro? ¿ la policía recorriendo los quioscos de todo el país retirando nuestra revista? ¿ De verdad escribimos esto el 20 de Julio del 2007?

lunes, 2 de julio de 2007

Arte y fúltbol: fútbol


Para los que no se hayan enterado, hay un evento llamado "Art-Football", una especie de mundialito de 16 países que juegan al fútbol con equipos formados por dos veteranos del ramo y artistas (músicos, cantantes, actores, editores, etc.).
La imagen corresponde al momento previo en que se toca (no canta) el himno patrio, antes del partido. La banderola es sujetada por rusitos que luego se divierten recogiendo pelotas y pidiendo autógrafos a los famosos.
A fecha de hoy, la selección jugará por el tercer puesto. Nunca la selección habrá llegado tan lejos. Para los curiosos: www.art-football.com

Cuestión de idiomas...


El Park Hotel de Sochi, como casi todos los hoteles de grandes cadenas (Radisson), carece de personalidad y consumir cualquier cosa resulta agujereante para el bolsillo. Sin embargo, se permiten traer bebidas desde la calle. No es lo mismo con las prostitutas, que quedan recluidas al “Lobby” del hotel; si quieres cama acompañado has de sobornar al gorila incansable que flanquea el acceso a las habitaciones, si no, debes arriesgarte al espigón de la playa. Allí la coima deberás satisfacerla al militari (pasma) de turno.

Es fuera, pues, en la calle, donde se respira algo de Rusia. La rareza está en relación directa con el idioma. Cuando preguntas el consabido “du yu spik inglish?” sabes bien la respuesta: niet. Eso ocurre con la mujer (aún no sé su nombre) del kioskito de bebidas, tabaco y helados que se halla justo a la salida del hotel. Otra cosa es entrar al quite con un “priviest” (hola). Entonces te mira, con algo de sorpresa y con un esbozo de sonrisa. Luego viene el “dva pivó jarodni, pallalsta” (dos cervezas frías, por favor). Algo responde, imagino que cuál de las quinientas que tienes… “Báltika tri”. Acostumbrada, muestra el precio en la calculadora; los números son internacionales y la moneda sabemos que es el rublo. Felicidad. “Spasiba”… “pollalsta” (de nada). Y así se vence uno de los primeros retos a la incomunicación.

El cirílico es otro cantar. A primera vista tienes la sensación de estar colgado por los piés y metido dentro del espejo. La “R” y la “N” al revés, son una “a” y una “i” respectivamente. La “B” es la “v”, la “P”, la “r”, y así otras tantas, aparte de los caracteres desconocidos o en otros usos acá, como “pi”, que es la “p”, o “lambda”, la “L”, y etc., etc., etc.

El dedo no basta, es necesario el idioma, y como el inglés ha sido el del enemigo tanto tiempo, sólo los del KGB lo saben. Y es que la perestroika se hizo en ruso. Ahora se puede aprender inglés, o cualquier otro idioma del enemigo, y viajar, siempre y cuando las alambras del telón de metacrilato lo permitan. Entonces se descubre que “non” es “niet”.