lunes, 2 de julio de 2007

Cuestión de idiomas...


El Park Hotel de Sochi, como casi todos los hoteles de grandes cadenas (Radisson), carece de personalidad y consumir cualquier cosa resulta agujereante para el bolsillo. Sin embargo, se permiten traer bebidas desde la calle. No es lo mismo con las prostitutas, que quedan recluidas al “Lobby” del hotel; si quieres cama acompañado has de sobornar al gorila incansable que flanquea el acceso a las habitaciones, si no, debes arriesgarte al espigón de la playa. Allí la coima deberás satisfacerla al militari (pasma) de turno.

Es fuera, pues, en la calle, donde se respira algo de Rusia. La rareza está en relación directa con el idioma. Cuando preguntas el consabido “du yu spik inglish?” sabes bien la respuesta: niet. Eso ocurre con la mujer (aún no sé su nombre) del kioskito de bebidas, tabaco y helados que se halla justo a la salida del hotel. Otra cosa es entrar al quite con un “priviest” (hola). Entonces te mira, con algo de sorpresa y con un esbozo de sonrisa. Luego viene el “dva pivó jarodni, pallalsta” (dos cervezas frías, por favor). Algo responde, imagino que cuál de las quinientas que tienes… “Báltika tri”. Acostumbrada, muestra el precio en la calculadora; los números son internacionales y la moneda sabemos que es el rublo. Felicidad. “Spasiba”… “pollalsta” (de nada). Y así se vence uno de los primeros retos a la incomunicación.

El cirílico es otro cantar. A primera vista tienes la sensación de estar colgado por los piés y metido dentro del espejo. La “R” y la “N” al revés, son una “a” y una “i” respectivamente. La “B” es la “v”, la “P”, la “r”, y así otras tantas, aparte de los caracteres desconocidos o en otros usos acá, como “pi”, que es la “p”, o “lambda”, la “L”, y etc., etc., etc.

El dedo no basta, es necesario el idioma, y como el inglés ha sido el del enemigo tanto tiempo, sólo los del KGB lo saben. Y es que la perestroika se hizo en ruso. Ahora se puede aprender inglés, o cualquier otro idioma del enemigo, y viajar, siempre y cuando las alambras del telón de metacrilato lo permitan. Entonces se descubre que “non” es “niet”.

No hay comentarios: